Hay aromas que anuncian la Navidad antes de que lleguen los villancicos. Uno de ellos es el del jamón recién cortado. En muchas casas españolas, colocar una pata o abrir un sobre de loncheado es casi un ritual: se encienden las luces, se prepara la mesa y la familia se reúne alrededor de un plato que invita a conversar, brindar y recordar.
Un símbolo de celebración compartida
El jamón, ya sea un ibérico o un serrano, forma parte del paisaje emocional de estas fechas porque es, ante todo, un alimento social. No se come a solas: se comparte. La primera loncha que ofrece quien corta, la pequeña clase de "cómo inclinar el cuchillo", las manos de los peques intentando llevarse un trocito antes de tiempo… Cada gesto construye el recuerdo de una Navidad concreta, en un año concreto, con las personas que queremos.
Elegir una buena pieza —ya sea una pata entera para el jamonero, una paleta ibérica loncheada más manejable o formatos deshuesados— no sólo es una decisión gastronómica, es una forma de decir "este año también celebramos juntos".
Lotes y cestas: la mesa completa en un solo gesto
Otra tradición muy nuestra son los lotes y cestas navideñas. Combinan productos que se entienden entre sí: jamón o paleta, lomo y embutidos (chorizo y salchichón), quesos curados, aceite de oliva, algún vino espumoso y dulces clásicos. La ventaja es doble:
Ahorro de tiempo y acierto seguro: elegir un lote bien diseñado resuelve de un golpe los aperitivos de Nochebuena o la comida de Año Nuevo.
Regalo con significado: obsequiar una cesta no es “mandar comida”, es enviar un brindis en diferido, un “nos vemos pronto” con sabor a hogar.
Si optas por una pata de jamón, añade en el lote un cuchillo y un jamonero; si prefieres comodidad, los sobres al vacío te garantizan raciones uniformes y perfectas para abrir y servir.
Cómo disfrutarlo mejor en casa
Pequeños detalles elevan la experiencia sin complicaciones:
- Temperatura y corte: las lonchas, finas, y a temperatura ambiente para que la grasa se funda en boca.
- Orden en el plato: alterna partes más dulces con otras más sabrosas para que cada bocado tenga matices.
- Acompañamientos sencillos: picos o pan crujiente, tomate rallado, aceite suave y, si te apetece, un queso curado en taquitos. No hace falta más.
- Conservación: si es pieza, cúbrela con su propia grasa y un trapo de algodón, alejada de fuentes de calor. Si es loncheado, abre sólo lo que vayas a consumir.
Parte del encanto de estas fechas es transmitir tradiciones. Enseñar a los más jóvenes a identificar aromas, a cortar con cuidado o a distinguir las distintas partes de la pieza convierte la mesa en una pequeña escuela de afectos. El jamón no es sólo un producto gourmet: es cultura compartida, economía local y saber hacer artesano que pasa de generación en generación.
Elegir bien sin complicarse
No hace falta dominar cada etiqueta para acertar. Piensa en tres preguntas sencillas:
¿Para cuántos y en qué formato? Familia grande y varias comidas: una pata o paleta. Reuniones pequeñas o poco tiempo: loncheados al vacío.
¿Aperitivo o centro de mesa? Si va a ser protagonista, sube un peldaño en la selección; si acompaña a muchos platos, prioriza practicidad.
¿Prefieres lote? Un lote equilibrado con jamón, embutidos y un buen queso resuelve toda la parte salada de la celebración.
Un brindis que sabe a hogar
La Navidad va de eso que no se envuelve: tiempo, cariño y ganas de estar. Un plato de jamón en el centro ayuda a que todo ocurra con naturalidad: los abuelos cuentan historias, los amigos vuelven a reírse como antes y los niños descubren sabores que recordarán toda la vida. Pocas cosas son tan sencillas y tan efectivas para crear ese clima.
¿Te lo llevamos a casa?
Si este año quieres disfrutar sin complicarte, elige un lote con jamón y embutidos o una pata lista para cortar y completa tu mesa con lo esencial. Te ayudamos a seleccionar el formato y los acompañamientos para que sólo te ocupes de encender las luces y llamar a los tuyos.
Haz tu pedido ahora y deja que la Navidad empiece por el aroma que reúne a todos.